Las banderas de Río de Janeiro y de Brasil flamean este domingo sobre la ciudad, luego que el gobierno recuperó las favelas que eran dominadas por narcotraficantes.
Más de 2500 policías, apoyados por militares, ingresaron esta mañana para recuperar el territorio conocido como Complexo do Alemao.
Después de asegurar el control del área los policías comenzaron a buscar a los narcotraficantes casa por casa.
La operación en el Complexo do Alemao fue la respuesta de las autoridades a la ola de violencia iniciada hace una semana por narcotraficantes del ´Comando Vermelho´ (Comando Rojo).
Una investigación del Instituto Municipal de Urbanismo Pereira Passos (IPP) difundida en enero de 2009 afirma que Río de Janeiro tiene 968 favelas, que representan un crecimiento de tres millones de metros cuadrados en una década.
Militares apostados sobre un tanque en medio del operativo de película.
Los policías y militares han detenido a más de una decena de personas y decomisado algunas armas y cantidades de marihuana y cocaína.
La operación para desalojar a los narcotraficantes del Complexo do Alemao, mantuvo en vilo a la ciudad desde hace tres días y su fin fue poner fin a la ola de violencia que los delincuentes iniciaron hace una semana y que ha dejado 35 muertos.
La operación comenzó después de un tiroteo con los narcotraficantes, que rompió la calma registrada durante la madrugada.
La policía dio este sábado un ultimátum para que los narcotraficantes se rindieran antes de la puesta del sol en la ciudad, pero solo un integrante de estas bandas aceptó entregarse.
Los delincuentes quemaron autos durante la última semana.
Miembros de las diferentes fuerzas armadas brasileñas detienen a un presunto narcotraficante mientras patrullan las calles de la favela da Grota.
Parte de los soldados del Ejército que el domingo ayudaron a ocupar un conjunto de favelas de Río de Janiero, que eran controladas por el narcotráfico, permanecerá en el lugar entre seis y siete meses, anunció el gobernador Sergio Cabral.
El gobernador de Río de Janeiro dijo a periodistas que acordó con el ministro de Defensa, Nelson Jobim, que esos militares ayuden a garantizar el orden público en las favelas de las que fueron expulsados los narcotraficantes hasta que pueda instalar un puesto policial permanente con un número suficiente de agentes.
Agregó que la instalación de las llamadas Unidades de Policía Pacificadora (UPP) en las favelas de Vila Cruzeiro y del Complexo do Alemao dependerá de la formación de una nueva promoción de agentes de policía, lo que puede demorar entre seis y siete meses.
"La reconquista de los territorios tanto en la Vila Cruzeiro como en el Alemao ya fue garantizada y ahora tenemos que dar los próximos pasos. Este es un proceso en el que no vamos a dormir en los laureles de las conquistas de ayer", afirmó Cabral.
El funcionario agregó que otros desafíos para las próximas semanas y meses son "la reconquista de los territorios que aún están ocupados por el poder paralelo", al indicar que otras favelas en poder de pistoleros serán ocupadas.
Según Cabral, las operaciones serán extendidas, en fechas aún por decidir, a las favelas de Rocinha y Vidigal, que también son importantes fortines del narcotráfico.
La participación militar en los operativos, aprobada por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, fue determinante para que la policía del estado de Río de Janeiro pudiera tomarse favelas en las que los narcotraficantes dominaron por cerca de tres décadas y que habían convertido en fortines de la criminalidad.
Inicialmente las Fuerzas Armadas ofrecieron blindados de transporte de tropa de la Marina que permitieron la ocupación el pasado jueves de Vila Cruzeiro, de donde unos 200 pistoleros huyeron hacia el Complexo do Alemao.
En las operaciones del domingo en el Complexo do Alemao, un conjunto que reúne a unas 15 barriadas pobres en la zona norte de Río de Janeiro, participaron 800 soldados del Ejército, tres helicópteros artillados de la Fuerza Aérea y casi dos decenas de blindados del Ejército y de la Marina.
La ocupación de las favelas, considerada por Lula como el primer paso en una lucha contra el crimen organizado en Río que el Gobierno está dispuesto a vencer, permitió el arresto de 20 supuestos narcotraficantes y el decomiso de 40 toneladas de drogas y de 50 fusiles, según el último balance de la Secretaría de Seguridad Pública.
Fuente:
RPP
EFE